La boda de estos dos amores fue elegante y digna de un sueño de una noche de verano. Una ceremonia civil al atardecer en al jardín del Cenador de Amos, donde no falto ni su perrito Jacob. Y una cena a la luz de las velas en un comedor romántico a mas no poder gracias a Catalpas, con centros de mesa llenos de árboles, velas y frutos rojos.