Con ellos llego la última boda de la temporada y la magia de la Navidad. Laura, una novia guapa a rabiar, que tenía clarísimo que quería dar el do de pecho el día de su boda. José, dulce, amable y enamorado de Laura a más no poder.
La Huerta de Cubas fue el mejor emplazamiento para simular un mercadillo Navideño. Una boda tipo coctel donde los invitados podían pasear a lo largo del invernadero disfrutando de cada puesto de comida y una decoración floral de infarto muy trabajada por parte de Flores Para Venus. El coctel, amenizado por Naiz Sound con temazos típicos de la fecha, dieron el pistolezo de salida a la fiesta mientras Laura y Jose aparecían en el clásico Wolkswagen Corrado rojo de Laura.
Un kilómetro de luces parecía suficiente para tirar la casa por la ventana e iluminar aquel invernadero. El árbol de navidad central de 3 metros de alto lo convertía en el centro neurálgico del comedor, alrededor del cual no se paró de brindar toda la noche con Moët & Chandon. Nos quedamos con sus caras al ver ese comedor en el que llevábamos trabajando tantos meses, ¡Ese momento no tiene precio!